Agosto 2017
Antes de empezar voy a poner este viaje en contexto: estaba acabando la carrera y mis amigos y yo queríamos hacernos un viajecito juntos. Aquí os voy a contar como nos recorrimos Croacia y otros países cercanos en 10 días sin quedarnos sin "chelines".
Nuestro viaje comenzó en Madrid. El 1 de agosto de 2017, con todo el calorcito, volamos a Dubrovnik, donde nos esperaba nuestro aliado principal para este viaje: nuestro Renault. (Bendito aire acondicionado).
Para este viaje reservamos de antemano: el vuelo hasta Dubrovnik, el coche que recogeríamos en el aeropuerto de llegada, el apartamento para la primera noche en esta misma ciudad (con Airbnb), el apartamento en Zagreb para la última noche, y el vuelo de vuelta a Madrid desde esta última ciudad.
El coche lo reservamos con la compañía Sixt (aunque hay muchas más) porque nos permitía cogerlo en una ciudad y dejarlo en otra. Yo os aconsejo que lo tengáis ya reservado desde antes y así os ahorráis mucho tiempo de cola, y más en Agosto.
También tengo que deciros antes de empezar que, como el calor y la humedad de la zona son bestiales y a nosotros nos encanta el agua, siempre íbamos buscando playas y sitios donde poder estar en remojo y fresquitos. Y aquí va otro consejo: fundamental llevarse escarpines si no queréis destrozaros los pies en las playas.
Día 1: Llegamos al aeropuerto, recogimos nuestro pequeño Renault y nos fuimos en busca de nuestro apartamento para dejar las cosas y poder salir a disfrutar de la ciudad. Como hacía un calor y una humedad agobiantes, lo primero que hicimos fue buscar un sitio donde poder refrescarnos. Lo encontramos camino a la ciudad, nos metimos escaleras abajo y vimos a la gente tumbada en sus toallas y saltando desde las rocas. Era un lugar con un paisaje agradable donde podíamos estar tumbados y fresquitos.
Por la noche fuimos a cenar al casco antiguo de Dubrovnik, nos encantó darnos un paseo por lo que era el escenario de "Desembarco del Rey" (aunque tengo que admitir que yo todavía no había visto juego de tronos).
Día 2: Por la mañana, antes de cambiar de ciudad, aprovechamos para dar un paseo, ver Dubrovnik y refrescarnos en una terracita con vistas al mar. Yo creo que Dubrovnik se ve en un día, además, hay mucha aglomeración de gente y es un poco parque de atracciones de GOT. Aún así, merece la pena aunque sea dedicar un día a pasear por su casco antiguo y creerse la misma Cercei por sus calles.
Después decidimos ir a Kotor (Montenegro) pero, como nos moríamos de calor, por el camino paramos en una playita muy chula a refrescarnos (playa de Molunat).
Una vez fresquitos, retomamos el camino a los fiordos de Kotor. Merece mucho la pena pasar una tarde en remojo en sus aguas cristalinas, es una pasada. Además, nosotros estábamos casi solos.

La segunda noche la pasamos en una playa aleatoria cerca de Dubrovnik (cuando digo playa me refiero a un suelo de hormigón al pie del mar). La verdad, no fue la noche que mejor dormimos, y aunque nos despertaron unos pescadores a las 6 de la mañana, mereció la pena despertarse allí (véanse también los pescadores):
Día 3: Nos adentramos en Bosnia y Herzegovina, destacar la larguísima espera en la frontera para entrar, y también lo barato que era todo (la moneda es el marco bosnioherzegovino). Consejo: aprovechad y llenad el deposito del coche en Bosnia, porque es donde más barata encontraréis la gasolina.
El primer pueblo que visitamos fue Pocitelj, merece mucho la pena y se ve en muy poquito tiempo. Destacar el rico zumo de granada que nos vino genial para refrescarnos y rehidratarnos.
Llegamos a las maravillosas Kravice Falls, en las que puedes bañarte con total libertad. Hay que pagar algo de entrada pero merece mucho la pena y, en realidad, no es caro para lo que es el parque natural. Nosotros nos lo pasamos muy bien, ademas, comimos en el mismo parque por unos 10 euros los tres.
Después de estar en remojo y descansar unas horas pasamos por Medjugorje, el pueblo donde "se apareció la virgen en 1981", porque nos llamaba la atención y nos pillaba de camino. Recorrimos el pueblo sin bajarnos del coche, nos pareció un poco parque de atracciones religioso. (Podéis ahorrároslo).
Pasamos algo más de una hora en Mostar. De este pueblo nos llamó mucho la atención las cicatrices de guerra que preservaba la ciudad y su típico puente, reformado tras su demolición durante la guerra.
Tras varias horas de ruta en carretera llegamos a nuestro destino, Sarajevo, en busca de un sitio donde dormir. Nos costó un poco encontrarlo, por alguna razón, al ser tres (dos chicas y un chico) decían no tener ninguna habitación para nosotros. Cuando andábamos ya un poco desesperados por encontrar donde ducharnos y dormir por fin un buen hombre nos acogió en su Sobe (son habitaciones en casas particulares a muy buen precio). Consejo: en Sarajevo a las diez de la noche cortan el agua, así que si queréis ducharos ese día procurad llegar antes de las 22h.
Día 4: Este día lo dedicamos casi únicamente a conocer la curiosa ciudad de Sarajevo. A mí personalmente me sorprendió mucho esta ciudad, conviven tres religiones diferentes; paseando por la ciudad tan pronto ves una sinagoga, como una iglesia católica o una ortodoxa.
Por la noche llegamos a Split, al "apartament Anamaris" que reservamos previamente esa misma tarde por la app de Booking, y en el que pasamos dos noches. Como el apartamento estaba bastante alejado del centro, nosotros nos movíamos por la zona en coche.
Día 5: El primer día en Split lo dedicamos a visitar la isla de Brac, (nosotros fuimos en ferri desde el puerto de la misma ciudad). Llegamos por la mañana y nos pusimos en remojo en la primera playa que encontramos, después de comer en su bar nos fuimos a la playa del "Cuerno de oro", (no os la podéis perder) y pasamos allí el resto de la tarde. Al volver en el ferri pudimos disfrutar de una magnifica puesta de sol, os recomiendo mucho esa experiencia. Brac es una isla que no debéis perderos.
Por la noche, después de descansar un poco, fuimos en coche a Split para cenar en uno de sus restaurantes. Paseamos por sus calles y tomamos el famoso helado "Banana-Split" (riquísimo) con un buen ambiente. Personalmente, Split me sorprendió muchísimo, fue de las ciudades que más me gustaron debido a su precioso casco antiguo.
Día 6: Al día siguiente queríamos haber visitado otra de las islas cercanas a Split, pero surgió un imprevisto y no pudimos, así que cambiamos de planes. Decidimos dar un paseo por el centro de Split y hacer unas compras a primera hora, después improvisamos un nuevo destino: Trogir.
Para refrescarnos nos quedamos en una pequeña playa de Trogir unas horitas, a la hora de comer nos acercamos al pueblo y aprovechamos para pasear por sus calles. El pueblo tiene unos rincones que recuerdan un poco a las calles de Venecia, ya que toda esta zona cercana a Split tiene mucha influencia veneciana en sus edificios. (Es bonito, si tenéis un hueco podéis acercaros y visitarlo, aunque podría ser prescindible).
Nuestra idea era llegar antes del atardecer a Zadar para disfrutar de la caída del sol en el conocido "órgano del mar". Nos encantó, disfrutamos un montón tomándonos unas cervecitas y bañándonos en el mar mientras el sol iba desapareciendo.


Eso si, esa noche, como tardamos tanto en buscar alojamiento, se nos hizo muy complicado encontrar un "sobe", estaban todos ocupados a esas horas. Así que salimos a la carretera en busca de un sitio donde dormir. Tras recorrer y preguntar en diferentes casas que ya estaban ocupadas, por fin encontramos un camping pequeñito cerca de Zadar. Decidimos dormir en el coche y dormimos fatal, pero fue todo una aventura. Consejo: procurad siempre tened reservado algún sitio donde dormir. Si no, poneos en busca de un "sobe" en cuanto podáis, sobretodo en Agosto.

Día 7: Aunque dormimos fatal esa noche madrugamos un poco para llegar temprano a los Lagos de Plitvice. Después de una larga cola para conseguir las entradas al parque, de entre todas las rutas que había decidimos hacer la ruta B: dura unas 3 o 4 horas e incluye una parte en barco. El paseo por las pasarelas de madera es muy agradable y el parque no deja indiferente a nadie, es un destino imprescindible de ver. El parque se nota que esta muy bien cuidado, el agua de los lagos hipnotiza con su color turquesa. Entre unas cosas y otras pasamos casi todo el día en el lago. Cuando acabamos la ruta merendamos algo y nos pusimos en marcha para encontrar un sitio donde dormir (esta vez más pronto que la noche pasada). Fuimos a algún hostal y ya estaba todo ocupado, pero por suerte encontramos una "Sobe" de una señora croata que nos costo poquísimo (unos 20€ los tres) y dormimos perfectamente, además la señora era adorable.



Día 9: Por la mañana aprovechamos a conocer Trieste, que tiene poco que ver, pero se come genial (en Italia en general). Después de comer nos pusimos en marcha a nuestro nuevo destino Ljubljana (Eslovenia), aquí ya teníamos reservado un hostel, para no llevarnos sorpresas (C-Punk Hostel). Dejamos las cosas en el hostel, descansamos un rato y salimos al centro de la ciudad a cenar y tomarnos unas cervezas.
Día 10: Por la mañana nos fuimos a visitar la ciudad, no nos dejo indiferentes. Subimos a su castillo y recorrimos sus calles junto al río que lo atraviesa. La verdad es que toda la ciudad parece de cuento de princesas y dragones: desde su puente de los dragones hasta su llamativo barrio alternativo Metelkova, un antiguo patio de cárcel. Aquí también puedes alojarte en la antigua cárcel militar (hostel Celica Art). Después de comer recogimos nuestras cosas y nos fuimos a nuestro último destino, Zagred. Al llegar descansamos un rato y salimos a pasear por la ciudad, aunque hacía tantísimo viento que apenas pudimos ver nada. (Animo a que quien la haya visitado nos cuente algo de esta ciudad).




Día 11: Llegó el día de la despedida, entregamos el coche en el aeropuerto de Zagred, con unos kilómetros de más y con muchas historias vividas. Con mucha tristeza y un montón de anécdotas que contar pusimos fin a nuestro superviaje por la antigua Yugoslavia.
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