Salimos desde Madrid y en un par de horitas nos plantamos en la playa artificial del rio Júcar, por desgracia no podíamos pasar con nuestro perro, ya que no puedes ir a la playa sin pasar por el restaurante... Una decepción, pero por suerte encontramos unos caminitos que llegaban a las proximidades del río y comimos tan a gusto sentadas a la orilla. Pasamos la tarde en Cuenca, viendo sus famosas casas colgadas y paseando por su atractivo casco antiguo, que esta lleno de pasadizos que te llevan por unos miradores preciosos. Hay a ambos lados de la ciudad, viendo por un lado el río Jucar y por el otro el rio Huecar. Para pernoctar en la ciudad de Cuenca puedes hacerlo, en el área de servicio del auditorio, en el parking junto al río Júcar o en los aparcamientos del castillo, donde lo hicimos nosotras....
En este blog intentaré transmitir mi experiencia como viajera y daros consejos para que no os quedéis sin "chelines"